domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo 8: “Es mi poder.

Después acudí a la casa de Adam. Le envié un mensaje:
Asómate a la ventana.
Vi su cara aparecer entre dos cortinas blancas. Me vio y sonrió. Cerró las cortinas y bajó.  Se abrió la puerta principal y ahí estaba. Llevaba una camisa de cuadros abierta: roja, blanca y negra; y debajo de ella una básica olímpica de color blanco. Unos pitillos color negro y unas converse de color blancas, como las mías. Yo estaba en la acera de enfrente.
-¡Ey feo!- Le dije.
-Ey, guapa.- Cruzó la calle y se quedó en frente de mí. Fue una reacción que tuve de repente, le besé. Él me besó de nuevo.
-Lo hago porque me das pena. -Dijo guiñando un ojo.
-Qué idiota eres.
Nos besamos de nuevo.
-Ahora me tengo que ir.
-¿En serio, me vas a dejar así? Venga ya. Quédate un rato.
-Me he escapado del internado, puede caerme una muy gorda.
-Pero vale la pena si te quedas conmigo, ¿no?
-No se yo... -Reímos. - Venga, vamos al banco. Tú primero.
-¿Cómo te las has ingeniado para salir? -Dijo mientras se daba la vuelta.
En ese momento había echado a correr y él no se había dado cuenta.
-¡Pero espera!
-¡Adiós! -Dije mientras corría y reía como una loca mientras me despedía de él subiendo el brazo, pero sin darme la vuelta.

La calle se desvaneció ante mis ojos, y a los pocos segundos me encontré delante de Ophélia, que parecía bastante molesta.

-¿Se puede sabeg pog qué no estabas aquí?
-Es que… em… Necesitaba ir a casa a por ropa limpia. -Dije lo primero que se me había ocurrido. Parecía que se lo había tragado, respiré aliviada.
-Que sea la última vez. -Dijo mientras se marchaba.
-Ophélia… -Le impedí que se fuera.- ¿Cómo he aparecido aquí, de repente?
-Yo también tengo podeges. Es mi podeg transportar dónde y cuándo quiera a la gente que quiera y cómo quiera.
-Pero… ¿No es un podeg absurdo? Digo, ¿poder?
-Hay podeges de todos tipos. Hay algunos que sigven y otros no -Hizo una pausa y me miro los brazos-. ¿Y la gopa?
-Me has traído antes de que pudiera coger algo.
Parecía convencida, así que se marchó. Channel apareció cojeando al encontrarse con Ophélia, además de Michael.
-¿Cómo ha ido?
-Bien, se lo han tragado. ¿Y tú, con tu amigo? -Dijo Channel poniendo comillas entre la palabra amigo y riendo.
-Ah, genial.
A Michael se le puso el rostro blanco. Se encontraría mal.
-Vámonos a la habitación.- Dijo Channel.
-Adiós Michael. -Dijimos las dos a la vez.
-Adiós guapas. -Dijo con el rostro aún pálido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario