miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capítulo 5: “Bienvenida.”

Eran las ocho en punto cuando oí un coche pitar en la calle. Bajé las escaleras con mi maleta roja y me despedí de todos con lágrimas. Papá me acompañó al coche.
-En un rato voy allí contigo, no te preocupes.-Me dio un beso y cerró la puerta.
Miré al retrovisor y vi al conductor, un hombre de unos cincuenta años. Mi móvil sonó dentro de mi bolso color caramelo. 
-1 mensaje nuevo- Adam:
Una pena no poder haberte conocido mejor, eres una chica muy simpática :)
Estaba muy triste, pero me hizo cambiar de perspectiva, ahora estaba un poco mejor. 
-Responder-
Nos veremos pronto, seguro :)
¿Por qué le he contestado eso? Ni yo misma sé cuándo saldré de allí.

El conductor era raro, no hablamos en todo el trayecto. Finalmente, el coche pegó un frenazo,él me abrió la puerta y saqué mis maletas. El señor gordo y calvo, de unos cincuenta años, me miraba perplejo.

-¿Solo traes esta maleta?
Asentí con la cabeza. Genial, había pensado que pasaría aquí unas semanas y ahora me faltaría ropa. ¿Cuánto tiempo me quedaría en este lugar?
 Contemplé mejor las vistas. Una única casa, o mejor dicho mansión, rodeada de...nada. Simplemente había unos descampados, estábamos en las afueras. 
Toqué al timbre mientras contemplaba cómo el conductor se marchaba en el coche sin despedirse; me abrió una señora rolliza con pelo pelirrojo recogido en un moño de unos diez centímetros de altura.
-Bonjour! Comment êtes-vous?
Por suerte, no me había quedado francés, un cinco pelado, pero aprobada. Mi pronunciación era… mejorable.
-Bonjour dame! Très bien. Et vous?
-Oh, sabes francés. ¡Qué bien, pog fin alguien que me entiende! Y bienvenida.
-Bueno, me defiendo bien. ¡Gracias!
-Adelante guapa. -Dijo mientras se retiró hacia la derecha y me dejó pasar.
Allí había muchísima gente. Ancianos, mujeres, hombres, niños, bebés… Una niña rubia, a primera vista de mi edad, se acercó a mí.
-Hola soy Channel. Encantada.- Me dio dos besos y sonrió.
-Hola, soy Alexia, encantada también.- Reí.
-Este es mi hermano, Michael. - Dijo mientras señalaba con el índice de la mano derecha al chico alto que había detrás de ella. El chico era rubio, alto y con los ojos verdes.
-Hola.
-Hola. -Sonreí.
-¿Y tú qué poder tienes?- Dijo Channel.
-Curo a la gente con solo tocarla.
-¡Alaaaaaa! Qué guay. -Dijo ella mientras sonreía.
-¿Y el tuyo?
-Yo solo puedo transportarme cuando y donde quiera.
-Dios, qué guay. Si quieres ir a Nueva York, te cuesta gratis, por la cara.- Dije mientras reíamos. -¿Y tú qué haces aquí?
-Como todos. Controlar mi poder. Aquí no se hace nada en especial.
-Vaya. Hoy es mi cumple y me gustaría celebrarlo, ya que en casa no he podido.
-¡Ophélia! - La señora con acento francés acudió en su llamada.
-Dime cagiño, ¿qué deseas?
-Hoy es el cumpleaños de Alexia. ¿Podríamos celebrarlo?
-Claro, llamagé a Paul e intentagé llevaglo a cabo.

“¿Quién era Paul? Me dije a mi misma.”

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