martes, 6 de septiembre de 2011

Capítulo 4: “No es un adiós, es un hasta luego.”

Cuando terminamos de recoger la mesa, mi madre se sentó junto a mi padre, a mi lado.

-Cariño, tenemos que decirte algo muy importante. Sabes que tu padre tiene un poder, como tú.- Asentí con la cabeza.- Pues, él fue a la O.S.T, y ahora te toca a ti.

-Ah, vale. ¿Y cuándo empiezo?
-Hoy.
-Vale, pero estaré aquí para la fiesta de mi cumpleaños, ¿no? 
Se miraron entre sí y después sus caras se volvieron más serias. Mi padre tragó saliva.
-Cariño, es una especie de colegio interno. Vivirás allí hasta que controles tu poder. -Dijo mientras yo me quedaba boquiabierta.
-Es broma, ¿no?
-No.
-¿No podré veros?
-Sí cielo, sólo a tu padre, el único que tiene poderes y por lo tanto puede entrar en la organización. Aunque al casarse conmigo desaparecieron.
-Voy a llamar a Holly y se lo cuento.- Dije mientras sacaba mi Blackberry del bolsillo izquierdo trasero del vaquero, apenada.
-¿Cómo? Ni en broma. Es una organización secreta, secreta. Nadie lo puede saber.
-Pero, ¿y si no le digo que es eso? Simplemente... que he suspendido y me voy a un colegio interno.
-En ese caso sí, sólo en ese caso. Prepárate, a las ocho vienen a por ti.

Subí a mi cuarto para finalmente comunicarme con mis amigos y contarles la mala noticia, me marcho durante un tiempo.

–Mensajes, nuevo mensaje.-
Para: Holly, Jackson, Amelie, Alex, Allison, Alice, Gabe, Adam (que me había dado su número para según él 'seguir en contacto')
¿Podemos quedar todos esta tarde? Necesito hablar, tengo una noticia que daros a todos. Esta tarde a las seis en el parque de siempre.
Cada segundo, la adrenalina subía y con ella, mis nervios. Justo cuando eran las seis menos cinco, bajé de mi cuarto.
-Voy a despedirme de todos mis amigos, papá.
-Vale cariño, pero no digas el secreto.
Después de unos cinco minutos andando hasta el Instituto Parks, cuando estaba allí, debajo de un árbol gigante, llegó Adam, el primero.

A los pocos minutos después, todos fueron apareciendo de uno en uno. Cuando estábamos todos, empecé a hablar.
-Pff, esto es muy difícil para mí. Os he citado aquí porque esto es una despedida. Me voy de aquí durante un tiempo. -Hubo un silencio y justo cuando Holly iba a decir algo, yo me adelanté y hablé.- No me interrumpáis, esto es muy complicado para mí. Odio las despedidas. Este tiempo, el que sea, llamadme por favor. Me voy porque me han quedado bastantes asignaturas y mis padres van a llevarme a un colegio interno.
Al terminar de decir mi 'discurso', mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Irremediablemente, querían salir por algún lugar, y lo consiguieron; empecé a llorar. Adam, que estaba sentado a mi lado, me agarró la mano con fuerza. Hasta yo me sorprendí. 
Abracé y besé cada uno de ellos. Miré mi Blackberry negra para finalizar, eran las siete y media.
-No es un adiós, sino un hasta luego. -Dije finalmente mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas.
 Holly sonrió.
-Vamos a divertirnos todos juntos por última vez hasta dentro de quién sabe ¿no?.- Dijo. -Vamos al tubo, por los viejos tiempos.

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