domingo, 4 de agosto de 2013

Capítulo 41: "La pequeña salvadora de vidas y el transformador de la barrera temporal."

-Genial, ahora el gilipollas éste aquí y yo me tengo que marchar.  -Dice Michael después de que Adam se haya marchado junto a Paul a su despacho.
-¿Tienes miedo de que me enamore de él o qué? Ya estoy enamor... ya me gustas tú.
Sonríe y me acaricia la mejilla derecha con su mano derecha. Suelto una carcajada y me mira desconcertado.
-Aún recuerdo cuando me besaste la mano el primer día que llegué.
-Sh, eso fue un fallo técnico. -Ríe- Fui un poco pringado.
-A lo mejor si no lo hubieras hecho no me gustarías.
Fabio aparece y se dirige a Michael.
-¿Qué vamos a hacer? Son las doce de la mañana. Nos quedan cuatro horas.
-Tres. Tengo que hacer la maleta.
-Bueno, tres.
-¿Ponemos música en mi habitación y venís todos?

Son las una de la tarde, y nos encontramos en mi habitación. Hemos tenido suerte, Channel no está en ella.
"Another One" de Conor Maynard suena a todo volumen. Fabio baila con Carol. Michael con Bella y Alejandro. Y yo con Angy y Valerie.
Las tres horas pasan en un abrir y cerrar de ojos, y veo cómo Michael se acerca a mí.
-Voy a hacer la maleta. ¿Vienes? -Susurra en mi oído, rodeándome por detrás de la espalda.
Me estremezco al sentir sus labios en mi oreja y asiento. Michael dice a todos que va a hacer la maleta y que a las cuatro los verá abajo, en la puerta principal. Antes de salir me mira y se pasa la mano izquierda por su cabello rubio.
Salgo por la puerta y me dirijo por los pasillos hasta su habitación. En la esquina, una mano me agarra el brazo y me mueve hasta otro pasillo.
-¡Joder, qué susto, Michael!
-Pobrecita... -Dice mientras sonríe y me guiña un ojo- Me gusta que me llames Michael, en vez de Mich. Parece un nombre de una ardilla. -Ríe- Bueno, ¿qué quiere hacer la señorita?
-Te acompaño hasta tu cuarto y haces la maleta.
-Ya la tengo hecha.
-¿No habías dicho...?
No me deja terminar y sigue hablando.
-Alexia, te creía más lista... Era para estar contigo.
Se acerca más a mí y me besa. Siento su sonrisa mientras nos besamos, y una vez más no creo que mañana no le vaya a dar los buenos días.
-Una vez más, ¿qué quiere hacer la señorita?
-No lo sé... ¿Qué se puede hacer en una sola hora?
-De todo. -Dice guiñándome el ojo.
-Marrano. -Digo mientras le doy un golpecito en el hombro y suelta una carcajada.
-Eres tú la que ha pensado mal. Podemos ir al jardín y tomar el Sol. Apreciamos mejor a la gente en silencio. ¿No crees?

El verde adorna el lugar. La fuente expulsa agua a través de la boca de una tortuga. Los árboles están totalmente poblados de flores. Los bancos, con unas pequeñas enredaderas a los lados. Las flores que adornan gran parte del césped llevan dentro de ellas unas mariquitas y por suerte, ninguna abeja.
Michael me guía hasta un lugar en frente de la fuente, debajo del sauce llorón; donde sólo hay césped. Se sienta apoyado en el tronco y yo dejo caer mi cabeza en sus piernas, mientras él me acaricia el pelo. Los minutos pasan en silencio, pero este silencio no es de los que odio. Es un silencio cómodo. Y Michael lleva razón, apreciamos mejor a la gente cuando todo está en silencio.
-¿Centro o afueras? -Dice con una sonrisa en sus labios.
-¿Qué?
-¿Qué lugar preferirías para vivir? Para buscar piso y eso.
-Mmmmm... Me gusta el centro. Pero me gustan las afueras, para que vengas a visitarme más a menudo.
-Viviré en el centro y te visitaré muy a menudo. Te lo prometo.
Me tiende su meñique y sellamos el trato.
-Las promesas no se rompen. -Dice mientras deja un beso en mi frente. -Tienes que apuntarme tu número, por si algún día no puedo venir. -Continúa diciendo.
-¿Acabamos de sellar el trato y ya pones excusas? Así no Michael, así no. -Sonrío- Cuando vayamos a por las maletas te lo apunto. ¿Cuándo encontrarás trabajo?
-Tengo una entrevista mañana de camarero.
-¿Dónde?
-¿Recuerdas al bar donde te llevé en nuestra escapada al lago? Justo ahí.
-Me gusta el lugar. La camarera es majísima y está en el centro de Londres, conseguirás bastante dinero.
-Espero. A lo mejor no me cogen.
-Vamos Michael, la camarera te tiene muchísimo aprecio, seguro que lo hace.
-¿Siempre tienes que tener la razón?
-Sí. He de confesarlo.
El silencio reina de nuevo la conversación y no puedo aguantar más.
-¿Qué pasa si te enamoras de otra?
La cara de Michael primero es desconcertante y después sonríe.
-Eso no va a pasar.
-¿Y si pasara?
-No va a pasar. ¿Quién va a existir mejor que tú, mi pequeña salvadora de vidas?
"Mi pequeña salvadora de vidas". Ahora no veía tan malo tener poderes, todo sonaba más bonito desde sus labios. ¿Por qué no habría venido antes a esta maldita asociación?
-Habrá mejores que yo. Y más guapas. Y con mejor cuerpo.
-Dudo mucho que haya alguien mejor que tú. En todo caso, no te pongas en eso.
-Sólo quiero pensar en negativo, así, pase lo que pase, no estaré tan deprimida.
-Alexia, no va a pasar nada, ¿vale? Confía en mí.

Las pesadas maletas manejadas por Michael bajan las escaleras ruidosamente. Son las cuatro y cinco minutos y todos nos encontramos en el portal de la asociación. Incluso Paul. Incluso Channel y Laura. Incluso la bibliotecaria.
El primero en despedirse es Alejandro. Se dan un gran abrazo pero no consigo oír lo que éste le dice al oído. Lo mismo me pasa con Fabio, del que sólo oigo un "yo la cuido, pero preocúpate de cuidarte tú". Valerie, Bella, Angy y Carol se despiden después. Más tarde la bibliotecaria. Después Laura. Y más tarde Adam (estos dos últimos sólo con un apretón de manos y bajo la mirada malvada de Michael).
Repaso la habitación y veo que sólo quedamos por despedirnos Paul, Channel y yo. El primero es Paul, que le da unas llaves a Michael y un abrazo totalmente descomunal. Escucho un "es todo tuyo", supongo que refiriéndose al coche.
-Ya sólo me quedan mis dos niñas.
Channel y yo nos miramos y recuerdo los primeros días de nuestra amistad. ¿Cómo podía haberme reemplazado por tal monstruo?
-Yo primero. Así os dejo solos. -Se acerca corriendo a Michael y se pone desconsoladamente a llorar- Ven... Ven a visitarme todos los días. Y tráeme chocolate, ¿entendido? Te voy a echar mucho de menos. Cuídate mucho.
-Vendré. Cuídate y no te fíes de esa Laura, no es trigo limpio. -Se dan dos besos y otro abrazo, y Channel se marcha desconsoladamente hacia la asociación.
Su mirada se clava en mis ojos y más tarde en mis labios. Y de nuevo en mis ojos.
-No llores, pequeña salvadora de vidas.
¿Llorando? Me toco las mejillas y efectivamente, están llenas de lágrimas y ni siquiera me he dado cuenta. Sencillamente no puedo hablar, porque produciría un ruido incomprensible, un gruñido de monstruo. Me lanzo a sus brazos y me abraza. Después me separa y me deja a unos centímetros de sus labios, hasta que se acerca más y los toca. Siento cómo las lágrimas tocan sus mejillas y me doy cuenta de que esto está ocurriendo de verdad. Su mano derecha pasa a mi cintura y mis brazos a su cuello. Nos besamos tan apasionadamente que no sé describir el tiempo que pasamos así.
-No me enamoraré de otra chica que bese como tú, tenlo claro. Te voy a echar de menos, pequeña.
Observo sus vaqueros, de los que asoma el papel con mi número. Respiro hondo y me dirijo a decir algo que se entienda.
-Como lo pierdas te mato. Llámame esta noche mismo.
-Tengo que comprarme un móvil, pero lo haré. -Sonríe y vuelve a besarme.- Te voy a echar de menos, mi pequeña salvadora de vidas.
-Y yo a ti, transformador de la barrera temporal.
Lo veo marcharse mientras sonríe. Al girarme, descubro a Fabio mirándome.
-Estará bien. -Dice con la voz más dulce que le he oído desde que nos conocemos.

1 comentario:

  1. Mee fascina me faascinaa un monton! Siempre espero el.proximo capitulo con ansiaas!! Me encantan ah.. Esta muy muuy buena la.histooriiaaa!! :3 @BatLiamIsMyHero

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