jueves, 2 de mayo de 2013

Capítulo 38: "No despiertes a Alexia."

-Ha muerto alguien.
Las palabras de Carol son como un eco que se reproduce en el silencio. Nadie habla, casi ni respiramos.
Siento mucha presión en la cabeza, como si fuera a explotar en cualquier momento.
"Soy egoísta", pienso. Soy egoísta porque estoy aliviada y feliz de que alguien haya muerto. Porque esa persona no he sido yo.
Observo cómo cada uno de nosotros intercambiamos miradas y sin embargo, me centro en Michael. No escucho nada en el ambiente salvo su respiración, pesada y a la vez relajada.
-¿Apostamos? -bromea Fabio, rompiendo el silencio.
-No tiene ni puta gracia, Fabio -inquiere Carol, molesta.
-¿Nos acercamos a ver qué ha pasado? -pregunta Angy.
Michael suelta un suspiro mientras cierra los ojos y se apoya en mí de nuevo. Siento cómo unos muros se construyen a su alrededor y muestra una fachada dura y sin importarle nada.
-Prefiero esperar a que vengan a contárnoslo -dice, tranquilo.
Y se hizo el silencio. De esos que tanto odio y que son más incómodos aún de romper.
-Quiero ver "Los Juegos del Hambre". Me dijeron antes de entrar que era genial -dice Bella, mientras examina sus zapatos una y otra vez.
El gesto me saca una sonrisa, porque Alice tenía la misma manía cuando estaba nerviosa. Apoyo la idea y pregunto si habrá algo de comer. Fabio pregunta a Michael que lo acompañe para comprobarlo y los dos se marchan hacia la cocina.
Bella también se marcha, diciendo que va a descargarse la película y que nos veremos a la hora.
-Bueno Carol -dice Valerie-, hoy tiene que caer mi hermano.
Valerie sonríe pícaramente mientras yo intento no reírme. Carol parece metida en un sueño, del que Valerie intenta despertarla dándole unos golpecitos en el hombro.
-¿Le gusto?
Valerie me mira y suelta una carcajada que me contagia, mientras Carol se queda mirándonos como quien mira a dos locos.
----------
A las diez y algo, Carol y Angy me acompañan hasta el cuarto de los chicos, donde veremos la película. Bella, Valerie y Alejandro ya están allí cuando llegamos.
¿Es raro que no hablemos por el camino? Supongo que en estas situaciones no, porque aunque intentemos disimularlo, todos pensamos en quién habrá muerto.
-Hola -saluda Carol, antes de dar un abrazo a Fabio-.¿Os habéis enterado de algo?
Michael y él niegan la cabeza casi al unísono y yo me quedo en el marco de la puerta, como no sabiendo muy bien qué hacer con tanta gente en la habitación de Michael. Parece otra diferente que en la que he estado con él varias veces.
Bella se dirige hacia la tele y enchufa el cable con el ordenador y segundos más tarde los títulos iniciales y la música tronadora marcan el comienzo de la película.
Bella, Angy, Valerie y Alejandro se sientan juntos en una alfombra blanca, a pocos centímetros de la televisión. Cuando voy a sentarme con Carol, Fabio llega y me guiña un ojo sin que ella se da cuenta.
Me giro y Michael mira a la tele, antes de que se percate de mi mirada y muestre una media sonrisa.
La comida va pasando uno por uno hasta dar varias vueltas completas.
Estamos sentados en la cama de Michael, apoyados en la pared y tapados con una pequeña manta.
-¿Estás bien? -le susurro al oído.
Justo cuando salen las palabras, me doy cuenta de que ha sido una pregunta estúpida. ¿Cómo pensaba que estaría al saber que alguien conocido a él ha muerto?
-Estoy bien al saber que no te ha pasado nada a ti. Pero... estoy muy nervioso. No sé... todo esto es raro.
Me pasa el brazo derecho por los hombros y me acerca a él. En un susurro, me dice que mire la cama de Fabio, donde encuentro a Carol y Fabio besándose. No es nada sexual ni fuerte, pero tampoco es un simple roce de labios.
-Y luego Fabio nos dice que no perdemos el tiempo... -le susurro, antes de reírme.
Al terminar la película las luces se encienden y sorprendentemente nadie se ha dormido. Creo que es la primera vez que no veo a nadie dormir viendo una película
-Qué película más rara... -exclama Fabio.
-Pero Fabio... Si tú precisamente no la has visto -responde Michael antes de soltar una carcajada-. Estabas más ocupado en otros asuntos.
Empezamos a compartir opiniones y a la mayoría nos ha gustado bastante. Michael describe a Katniss como una "badass" y todos terminamos odiando al Presidente Snow.
-Dejadme en paz, yo sigo llorando por Rue -susurra Valerie, mientras se tapa la cara.
Al rato cada uno se marcha a su habitación, incluso Carol, que no se queda con Fabio y me sorprende. Éste se mete en el baño, mientras que Michael se cambia en la habitación. Se quita la camiseta y de nuevo veo su torso.
-Oye, ¿esto lo haces a propósito o qué? -pregunto bromeando, a lo que él no comprende-. Lo de quitarte la camiseta cada vez que nos quedamos solos. Pareces el licántropo de Crepúsculo.
-¿Te vas a quedar a dormir? -pregunta después de reírse.
No contesto. Puede que esté demasiado embobada intentando disimular el que le estoy mirando como para realmente haberlo escuchado.
-¡Alexia!
-¿Eh?
Michael suelta una carcajada y se quita los pantalones. Después, se coloca los del pijama en un movimiento rápido.
-Que si te vas a quedar a dormir.
-Sí, sí, vale. ¿Tienes camiseta?
-Sí, claro.
Se dirige hacia la mesita de noche y saca una camiseta de color blanco con la frase y signo de "Ramones" en color negro estampado en el pecho.
Me la tira y me quito mi ropa sin sentirme tan incómoda, aunque no sé exactamente por qué. Dejo  La dejo en la silla y luego me coloco su camiseta. Me llega hasta unos centímetros por debajo del trasero.
Michael se mete en la cama y se revuelve el pelo inocentemente.
-¿Vienes?
Me dirijo hacia la cama algo nerviosa y me meto dentro de las sábanas.
Me resulta extraño estar así con un chico y sin embargo, me siento cómoda. Michael me acerca a él y en pocos minutos estoy sumergida en el olor de Michael que termina por dormirme.
Un día más en que la alarma suena y maldigo estar en la Organización. Abro los ojos e instintivamente me dirijo hacia el cuerpo de Michael, pero no lo encuentro.
En cambio, Fabio está en su cama revolviéndose en las sábanas.
Lo primero que se me pasa por la cabeza es que ha descubierto quién ha muerto.
Me levanto de un salto rápidamente y me dirijo hacia Fabio. Intento despertarlo con varios golpes, pero es imposible. Grito varias veces su nombre mientras lo zarandeo y finalmente recibo un sonido gutural a cambio.
-¿Dónde está Michael?
-Se marchó a las seis -responde, antes de salir debajo de las sábanas-. Me dijo que no te despertara.
-¿Qué ha pasado?
-No me ha dicho nada, sólo que tenía muchísima prisa y que no te despertara.
Los ojos achinados de Fabio me escrutan y entiendo que él también piensa que Michael ha descubierto algo.
Casi sin darme cuenta, me visto corriendo y bajo hasta clase.
Me visto y bajo hasta la clase. En la puerta están Angy y Carol, calladas y mirando al suelo.
-¿Por qué no entráis?
-Mira el cartel.
Me acerco a la columna de al lado y contemplo el folio con rotulador negro:
"Hoy no hay clases, después os explicaré todo.
                      Paul."

Ya son las nueve menos cuarto y no recibimos señales de nadie. Tras estar mucho tiempo dando paseos de izquierda a derecha, decido sentarme en los escalones junto a las chicas porque mis piernas empiezan a temblarme demasiado como para que pueda seguir andando sin caerme.
¿Podría haber sido Channel?
La puerta se abre media hora después y se contemplan unos rizos a través de la niebla de la noche.
-Mi visión -susurra Carol, mientras me da un codazo-. Fue exactamente lo que vi.
Michael entra a la habitación y me acerco a él corriendo. A unos centímetros de su cara, veo cómo los ojos salen de sus órbitas, rojos e hinchados cansados de derramar baños de agua.
Lo único que puedo hacer es abrazarlo y cuando lo hago, pecho con pecho, oído con oído y respiración con respiración; me susurra:
-Ophélia... ha muerto.
Sus brazos se ciñen a mi alrededor y suelta lo más parecido a un llanto que ha salido del cuerpo de Michael en la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario